Sobisch abogó por mayor autonomía para las provincias

LA NUEVA PROVINCIA 19/10/08
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El postulante por el Movimiento Provincias Unidas afirmó que la solución a los principales problemas de la Argentina "no es difícil".

El candidato a presidente Jorge Sobisch consideró que solucionar los principales problemas del país "no es tan difícil", criticó al presidente Néstor Kirchner y pronosticó que la continuidad del matrimonio de ese apellido en el gobierno llevará a los argentinos a vivir en un "neofascismo kirchnerista".

El gobernador neuquino, postulante a la Casa Rosada por el Movimiento Provincias Unidas (MPU), visitó la redacción de "La Nueva Provincia" , en compañía de los candidatos a gobernador bonaerense, Juan Carlos Blumberg; a vicegobernador, Patricio Caselli; a intendente, Luis Calendino; a primera concejala, Blanca Sobisch; y a senador, Martín Garmendia.

Sobisch consideró que problemas cruciales del país, tales como la inseguridad, la inflación y la corrupción, "no son tan complicados de combatir". "La primera decisión que hay que tomar es que las provincias logren su autonomía política y económica, cambiando el sistema de distribución; no como ahora, que el poder, a través de la gran recaudación que hay, se concentra en la Casa Rosada, la Ciudad de Buenos Aires o en un pedazo del Conurbano bonaerense, lo cual genera una dependencia estructural de los gobernadores y los intendentes. Esto provoca, en el interior, una parálisis en los servicios esenciales (seguridad, salud y educación) y mucha pobreza", afirmó. "En lugar de que el 70 por ciento de esa recaudación vaya a la Nación y el 30 a las provincias, la ecuación debe ser, como mínimo, 50 y 50, y distribuir los fondos en función de la cantidad de habitantes y afectarlos a los servicios esenciales; incluso, para pagar salarios", continuó.

El candidato entendió que, entonces, se deben tomar otras grandes medidas, como redefinir la Argentina junto con los gobernadores en temas como la explotación de los recursos naturales en forma sustentable, y ayudar a las provincias más empobrecidas, tal como hizo la Comunidad Económica Europea con los países más carecientes. "Cada gobernador e intendente deberá defender sus intereses particulares para llegar a la defensa de los colectivos. Basta de odio, venganza y rencor. Hay que mirar al pasado para que la justicia juzgue a los que son culpables, pero no pretendamos ejercer la justicia por mano propia, porque esto nos lleva a la misma película que vimos hace algunos años", acotó.

--¿Se puede hacer esto en el escenario actual, donde hay tanta mezquindad política?

--Sí, los actores están en esta mesa, ahí afuera, en la calle... No hay que circunscribirse a la clase política, porque entonces los intereses para los que se trabaja son los de unos pocos. Sobisch añadió que hay que recuperar la educación y la capacitación en función de las industrias locales, sumando a organismos como el Conicet, INTA y Senasa. "Estas instituciones están muy vapuleadas por el gobierno, porque no les dan presupuesto", acotó. En el mismo sentido, comentó: "¿Cómo pretendemos que nos cuiden la Prefectura, la Gendarmería y las Fuerzas Armadas de la democracia, si lo único que hemos hecho en los últimos años fue descalificarlas?". Finalmente, se refirió a la necesidad de integrarse a Latinoamérica y al mundo: "Nuestros vecinos no son sólo Evo Morales, Hugo Chávez y Fidel Castro", aclaró, y agregó que "integrarse al mundo para nada quiere decir dar la razón a los poderosos".
"Autoritarismo ilimitado".Sobisch criticó duramente al matrimonio Kirchner. "El gobierno nacional tiene la caja de la política, maneja fondos extrapresupuestarios de un modo salvaje. Carlos Jaime, secretario de Transporte, otorga subsidios de 3 mil pesos por día por colectivo al grupo que maneja el servicio, que tiene 597 unidades. ¿A qué gobernador o intendente va a llevar el apunte este empresario?", ejemplificó. "El presupuesto de 2008 es de 226 mil millones de pesos, pero todos los economistas saben que se van a recaudar 30 mil millones más, que yo distribuiría a las provincias, para que salden su déficit, pero si se usan para comprar voluntades...", deslizó.

--La inflación, ¿se puede controlar?

--Sí, con producción, elevando la oferta. Lo gracioso es que Kirchner tiene un discurso progresista y pone los mismos controles de precios que puso Martínez de Hoz, y propone importar mercadería, como hizo Mazzorín. Está apelando a soluciones en el corto plazo para ganar las elecciones.

--¿Cuál es la principal crítica que hace al presidente?

--Ha sobreactuado, pegándoles a la justicia, los militares, el Congreso... Además, les pegó a sindicalistas e intendentes del Conurbano, tratándolos de delincuentes, hasta que se asoció con ellos, y fue generando una alta adhesión, que ahora se le está cayendo. "Lo que parecía una recuperación de la autoridad presidencial es un autoritarismo sin límite, y ahora es un proyecto político familiar rodeado de un grupo de gente que se quiere quedar a vivir en el poder definitivamente".

--Kirchner, ¿fue siempre igual?

--Sí: hablaba con los gobernadores golpeando la mesa y con los periodistas y después era el primero que arreglaba con Menem por debajo de la mesa.

--Y los manejos que hace, ¿son lícitos o corruptos?

--Este gobierno tiene bolsones de corrupción. El día que se empiecen a descubrir las cosas, no queda nadie.

--Usted, ¿fue perseguido por este gobierno?

--Sí, desde el primer día, por pronosticar la crisis energética, por ejemplo, pese a que yo, además, le aportaba soluciones. Néstor y Cristina son muy vengativos; a mí me volvieron loco.

--¿Qué avizora, si gana Cristina?

--El poder político sumado a las corporaciones sindicales y económicas afines al gobierno manejando los grandes negocios; entre ellos, YPF, porque los amigos de Kirchner lo van a comprar después del 28 de octubre: un neofascismo kirchnerista. Un poco lo que hace Chávez, pero sin la boina roja.

Blumberg: "El gobierno de Solá es un caos"


El candidato a gobernador del MPU consideró que la deteriorada administración provincial puede ser saneada con buena gestión y "decisión política de arreglar la cosa". Tras describir un decadente panorama desde el punto de vista de la seguridad, sanitario y social, en el interior bonaerense, Juan Carlos Blumberg manifestó que "el gobierno de Felipe Solá es un caos".

"El gobernador del Neuquén hizo cinco hospitales en cuatro años, mientras que en muchos centros de salud bonaerenses no hay insumos, la gente está acostada en bancos, la guardia está cerrada y los profesionales se quejan de sus bajos salarios", comparó.

Señaló la necesidad de dotar de presupuesto y capacitación a las fuerzas policiales y de reforzar la prevención del delito, implementando escuelas de artes y oficios y el servicio militar, donde se aprendan buenos hábitos, entre otras medidas. "Ahora, se cometen delitos y nadie va preso; es una j..., y esto se tiene que terminar", señaló. "¿Si se puede gobernar sin aparato? Por supuesto, la gente se cansó de esto", concluyó.

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